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JORGE ELIZONDO: DE LA PERCEPCIÓN A LA DIMENSIÓN

POR: SYLVIA VEGA B.

SV: Jorge, nos conocemos desde hace ya muchos años, hemos colaborado juntos en diversos proyectos relacionados con tu obra y con las iniciativas que has desarrollado en torno a la formación y difusión del quehacer escultórico. El arte ha sido siempre el tema central de nuestras conversaciones, lo que nos mueve y apasiona. Como buen artista, eres una persona inquieta, en constante búsqueda y experimentación, no te detienes ante nada cuando se trata de expresarte a través de la escultura.
A treinta años de trabajo, con una sólida trayectoria y en vísperas de tu exposición en MARCO, ¿cómo percibes la evolución de tu obra y de qué manera esta, así mismo, te ha transformado como artista? JE: Circular. En estos últimos tiempos he notado que regreso a cosas que había hecho al principio y regreso no exactamente en el mismo plano pero sí en el mismo eje y eso me ha sorprendido, no lo estoy provocando, solo llego ahí... Sucede y regreso a las Esferas, a las Bandas y a tantas otras cosas que hacía hace treinta años y más. ¿Por qué?, no lo sé. Algo que también he notado es que mi capacidad intelectual se ha potenciado, quizá el haber hecho la escultura que he hecho y haber explorado y haberme atrevido y haberme equivocado y haberme vuelto a equivocar y volver a corregir, me ha dado una capacidad de relacionar cosas y me gusta, me agrada porque me visualizo a futuro en un estado de menos producción de obra y de más calidad; piezas mucho más reflexivas. En esa dirección es en la que me estoy moviendo.
SV: ¿Por qué la escultura, qué te atrae de la escultura, qué cualidades o capacidades le confieres? JE: Una de las cosas que me empujó a ser escultor y no pintor —porque empecé como pintor— fue mi gran necesidad de actuar con todo el cuerpo; soy muy corporal, es decir, me involucro con la materia, todo... Completo. Además, la escultura tiene la cualidad del tacto, la puedo tocar, la puedo sentir sin verla, incluso la puedo oír, porque suena al golpearla. Cada material tiene una música propia; cuando hago una escultura, se escucha un sonido, vibran el mármol y el acero, entonces la escultura te lleva a utilizar todos los sentidos. Además, la escultura es contundente... Como nosotros, es materia, espacio, movimiento, tiempo.
SV: Ingeniero de profesión y escultor por vocación. ¿Qué visión te aporta la ingeniería en tu trabajo escultórico? JE: Estudiar ingeniería química y haber trabajado como ingeniero me dio, entre otras cosas, el conocimiento y la praxis de resolver los problemas de una forma analítica y ordenada, la disciplina para estudiar un problema, cualquiera que este sea, de una forma estructural, por partes, analizando diferentes soluciones y reflexionando sobre los posibles resultados de una acción. Esto mismo lo aplico en mis proyectos escultóricos.
SV: ¿Cómo describes tu universo escultórico, el propio y el que lo nutre? JE: Mi universo escultórico está hacia dentro, casi todas las series que he hecho son una pulsión emocional, algo que me angustia, que me entristece, que me da alegría, cosas así; ese es mi universo, el de mis propias emociones, el de mis propias percepciones; y ese universo interno está alimentado por todos los estímulos externos que recibo, estímulos de naturaleza diversa, ya sean vivenciales o intelectuales, todos ellos provocan una reacción posterior que se manifiesta en una obra determinada.
SV: ¿Cuáles son los conceptos fundamentales que rigen la concepción de tu obra? JE: Pienso que uno hace cosas que emocionalmente te afectaron en cualquier sentido. Mi trabajo siempre se desarrolla a partir de encuentros y conexiones; de la percepción de algo que me conmueve y provoca que mis pensamientos y emociones giren a su alrededor y actúo en consecuencia. No parto de conceptos predeterminados, estos se manifiestan posteriormente como resultado de una excitación emocional. Así surgen los diversos temas que abordo en mi obra, relacionados con la concepción de nuestra existencia, la fragilidad de la naturaleza humana, el cosmos y la búsqueda de la divinidad, digamos, como las grandes premisas. Algunos se tardan en madurar dentro de mí y otros emergen muy rápido.
SV: Desarrollas tu obra a partir de ejes temáticos bajo un esquema serial, trabajando paralelamente en distintas series. ¿Qué relación estableces entre cada una de ellas?
JE: Mi desarrollo como escultor se asemeja a un árbol al cual le brotan muchas ramas en diversas direcciones, pero todas ellas unidas a un tronco común. Sí, trabajo en series temáticas y pienso que la relación fundamental que se establece entre ellas es su concepción emocional, porque todas emergen de un ser que emocionalmente se afecta por cosas parecidas, aunque no iguales. Cada ruta o serie tiene su particularidad, podría decir que también existen parámetros que comparten algunas de ellas, como por ejemplo la serie Estelas o Pedacitos de cielo con la serie Frágil, sobre todo en las obras que nomino Ángeles, o bien, en la relación de formas eróticas entre algunas de las series.
SV: ¿Trabajas a partir de bocetos, modelos a escala o digitales? JE: Primero aparecen los bocetos a mano alzada en lápiz o tinta y posteriormente los modelos directos o el modelo digital. Pienso que el dibujo a mano alzada es la primera forma en que las emociones y conceptos se manifiestan físicamente, además es la más inmediata. Cada obra, así como cada material, tiene su propio proceso.
SV: ¿Qué factores determinan los materiales que empleas para la realización de tu obra? JE: Lo decido considerando varios factores, entre ellos: mi deseo de utilizar un determinado material, sus propiedades, las cualidades formales y conceptuales de la obra, su formato, las características del entorno en el que será instalada, sin dejar pasar otros aspectos relacionados a los costos de producción.
SV: ¿Qué paralelismos encuentras entre tu dibujo y la escultura? JE: Me gusta mucho dibujar, sin embargo, mi obra formal en dibujo es la que he realizado abordando el tema de la serie Frágil. En estos dibujos, el empleo de la pluma y la tinta es similar al proceso de esculpir, es decir, con la tinta «desbasto, modelo y afino el papel», es maravilloso.
SV: Has trabajado con muy diversos materiales: madera, bronce, acero y vidrio, entre otros; sin embargo, la talla directa en mármol predomina en tu producción artística. ¿Por qué el mármol y particularmente el mármol negro de nuestra región?
JE: ¿Por qué el mármol? Porque la piedra me da algo que no me da ningún otro material. Es todo, cuando tallo mármol hay un aroma en el aire, un sabor y un sonido, la música de la piedra es única. Además, trabajar la piedra es muy demandante físicamente y eso me gusta, el cansancio que produce es un cansancio especial, de mucha satisfacción.
En cuanto al mármol negro de Monterrey, te voy a decir que, además de que se encuentra aquí en la región, tiene cualidades que me permiten hacer cosas muy delicadas y a la vez muy robustas y me permite lo que casi ningún mármol: jugar desde un gris muy claro hasta un negro intenso, destacando la forma. He trabajado otros mármoles, me gusta mucho el Carrara, el Travertino, el Macedonia... Y me gustaría tenerlos aquí, si los tuviera los tallaría, aunque no dejaría de trabajar el mármol negro de Monterrey.
SV: En tu opinión, ¿qué papel desempeña la escultura en piedra dentro del arte contemporáneo? JE: La escultura en piedra es como la gran cuerda que une al pasado con el presente, una línea de gran fuerza en el tiempo, porque nunca ha dejado de ser; la talla en piedra es permanente en la historia del hombre.
SV: En cuanto a su transformación, ¿qué aspectos percibes? JE: Se ha transformado por varios motivos, el más importante es porque el entorno cambia e influye y porque la tecnología nos permite llevar las cosas a otros estadios, es decir, toda la tecnología actual del procesamiento de la piedra es muy diferente a la que se tenía hace cincuenta años, lo que nos brinda otras posibilidades. También hay una pérdida, porque con estas nuevas tecnologías hemos visto que podemos avanzar mucho más rápido en una dirección, en cuanto a la velocidad de acción, pero dejando al garete otras cosas que fueron esenciales cuando el tiempo era considerado una herramienta importante. Además, el mundo digital ha desarrollado un universo de formas que no podrían imaginarse, un universo propio, y percibo que estas formas empiezan a permearse al campo de la escultura en piedra, acero, resinas, plásticos, etc. La situación actual le aporta a la escultura en cuanto que esta ya no pertenece exclusivamente al ámbito natural, sino también al mundo digital.
SV: ¿En qué campo te mueves? JE: Podría decir que mi trabajo, como respuesta a la percepción de un estímulo, se mueve entre el campo de lo natural y lo digital, en constante interacción; y la forma se teje con lo que estos dos campos me dan adicionando conceptos e ideas. Pienso que al final la obra es como una tela de muchos tipos de hilo.
SV: Y estas nuevas tecnologías, ¿de qué manera han influido en tu proceso de trabajo? JE: Casi desde mi inicio como escultor empecé a trabajar con programas para diseño en tres dimensiones o de sólidos; además, por la carrera que estudié, se me facilita mezclar los mundos de la ciencia y las artes. Las proporciones las manejo con matemáticas y muchos otros aspectos de la creación escultórica los soporto con la tecnología que está a mi alcance.
SV: ¿Qué retos te ha implicado el hacer escultura monumental? JE: Por un lado, realizar escultura monumental implica conciliar varias disciplinas y he tenido la fortuna de vivir la experiencia. Cada proyecto tiene sus propias características y retos específicos. En mi obra monumental más reciente Sol poniente realizada en acero, se gestionaron muchas reuniones para determinar el protocolo de fabricación, el análisis estructural, de cimentación y anclaje, la metodología de traslado y montaje, los estudios de iluminación y paisajismo, pintura y acabados, entre otros. El trabajar con los especialistas de cada una de estas disciplinas y conciliarlas con el proyecto artístico fue un reto y una gran aventura.
Por otro lado, la experiencia de desarrollar un modelo físico y pasarlo a modelo digital para que las diferentes ingenierías pudieran estudiarlo, ha sido una de las experiencias más interesantes que he vivido.
SV: Actualmente gozas de un espacio privilegiado para tu producción, ubicado en el cañón de la Huasteca, imponente por su majestuosidad, cuya encrucijada de montañas de inmensas placas de roca caliza lo hacen uno de los lugares más asombrosos de Nuevo León. ¿Qué relación estableces con el espacio que te rodea y en qué medida contribuye en tu proceso creativo?
JE: Siento que al cambiar mi estudio a la Huasteca encontré mi lugar en el mundo, así te lo digo. Creo que este es mi lugar, no hay otro en el que me sienta más a gusto, estoy en un espacio que me hace hacer lo que hago y es como el gran motor e influye en todo, en mi proceso de vida. Promueve una congruencia entre lo que vivo, lo que pienso, lo que digo y lo que hago; porque pienso en este espacio, porque hablo de este espacio, porque vivo este espa­­­cio en el mundo. Tú sabes que además de la escultura otra de mis grandes pasiones es el montañismo, lo he practicado por años, así que todas estas montañas las he caminado, he escalado sus paredes de roca, las vivo con la misma intensidad y emoción con la que hago mi trabajo.
SV: ¿Qué te inquieta? JE: Me inquieta llegar a repetirme a mí mismo, no quisiera, es decir, es algo que no quiero hacer, quiero estar siempre buscando cosas nuevas. A veces pienso que con los años puede suceder que te atrape el miedo de atreverte o bien todo lo contrario, que la misma experiencia te brinde cada vez una mayor libertad, y esto es lo que espero y quiero. Por otra parte, me inquieta la relación del ser humano con la realidad, con lo divino, con el cosmos, con nosotros mismos.
SV: ¿Qué te asombra? JE: Me asombran todos los días, cada día y lo agradezco, son un regalo. Me asombra cada día que pasa por todas las coincidencias que se suceden y me suceden.
SV: ¿Qué te toca? JE: El arte... ¿Y qué del arte?, todo, incluso lo confuso de este, que no entiendo exactamente qué es, me siento un poco un dinosaurio del arte. Todavía hoy no podría definirlo, y más aún, ¿qué es arte contemporáneo?, ¿en dónde está la verdad y en dónde está la falacia?
SV: ¿Cómo definirías tu momento actual? JE: Me siento muy feliz, siento que estoy haciendo lo que tengo que hacer.
SV: ¿En qué momento creativo te encuentras? JE: Maduro y consciente, ahora mis emociones las dejo fluir y dejo que provoquen la visión, la epifanía. Me pregunto: ¿Epifanía? ¿Teofanía?...­­